Para obtener una infusión sólo basta sumergir las hojas o flores de una planta en agua caliente (que no haya hervido), mientras que para un agua aromática se usa toda la planta con raíces y tallos y el agua sí hierve.

Estas aguas sirven también para eliminar toxinas (piña y apio), tienen efectos diuréticos (flor de Jamaica),  relajantes (toronjil, cidrón), digestivas (anis, menta) y laxantes (boldo, alcachofa). “Las infusiones son laxantes, pero jamás eliminan grasas, así que no sirven para adelgazar”, advierten los nutricionistas, que insisten, “son, como dirían las abuelas, ¡benditas!, si se consumen regularmente y se complementan con ejercicio y una buena dieta, en la noche ayudan a un buen dormir y en la mañana a un despertar agradable para un día largo y lleno de responsabilidades”.

Cromos

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